viernes, septiembre 29, 2006


Angelito de mi guarda...
NO!!! no es un cuento para los niños, existen!!!! y cada uno de nosotros tenemos uno al lado!!!! y son seres realmente extraordinarios, tienen la misión de cuidarnos y ayudarnos en todo lo que necesitemos para vivir correctamente en esta vida y podamos llegar al Cielo.
Que pena tener un guardaespaldas que no nos abandona ni de noche ni de día y nisiquiera le digamos un " hola " , sencillamente, no lo pezcamos!!!. Que pena le debe dar a él tener un patrón tan indiferente.
Y la verdad es que si ponemos un poco de esfuerzo y lo tratamos, conversamos con él, le pedimos favores, cómo no los va a realizar con gusto, y qué favores!!!!!...............yo siempre le pido que se adelante un poquito y me busque estacionamiento en lugares que NUNCA hay...no me van a creer, pero siempre me guarda EL espacio, justo para mi auto y para nadie más, de inmediato me pongo a darle las gracias: Te pasaste!!! eres lo máximo, tú siempre me ayudas, eres tan amoroso conmigo!!! Gracias Angelito.
Otra cosa, siempre sabemos el nombre de las personas que viven a nuestro lado, obvio, sabemos el nombre de nuestro angelito? se lo hemos preguntado alguna vez? yo si ,y muchas, pero como no me responde ( yo creo que le da verguenza) le puse uno yo; y parece que le achunté porque no me ha reclamado.
El 2 de octubre se celebra el día de los Santos Angeles Custodios, no nos olvidemos, de por lo menos, decirle feliz día y darle un besito
Te quiero Angelito

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jueves, septiembre 21, 2006

3 años y 1 día

Es mucho tiempo.....pero a la vez es nada....comparado con que?
Es atemporal, alegre con matices tristes y aveces es triste pero esperanzador.
Lo quiero mucho, demasiado.................o tal vez lo quise montones, pero creo que lo sigo queriendo todos los días y cada día más.
A una persona tan íntegra, tan generosa, amorosa, cariñosa, con un sentido del humor insuperable, y por sobre todo un luchador incansable en hacer las cosas bien y por amor a Dios y al prójimo, no se le puede olvidar!!!!
Dicen que murió hace tres años y un día.........................es tan rara la muerte cuando le toca a una persona tan cercana...........
Siempre le dije que lo quería mucho, es más, cada vez que hablábamos por teléfono, nos despedíamos así, y peleábamos por ver quién quería más a quién.
Le agradezco hasta el día de hoy, que me hizo ver todos los errores que cometía y me los corregía con un cariño inmenso.
No lo sé.Es atemporal, es un sueño del cuál no se despierta, pero a la vez estás tranquila por que sabes que él está mejor que tú.
Te quiero mucho Papá...............................no!!! yo más!!!!!!

martes, septiembre 12, 2006

Feliz Santo!! Virgen María
Y Para todas las demás Marías un gran abrazo y este regalito..............Bueno el regalito es para todos los que lo lean:

Dándome al Niño dormido
Virgen Santísima,
tú te me das en Él.

Me lo das soñando contigo,
llevándote a ti en sueños:
me lo das contigo dentro.

Me lo das dormido en ti,
resonando en sus oídos
la nana que le has cantado.

En su piel lleva tu tacto.
Me lo das hecho a ti,
tibio de tu regazo.

Hace un rato pataleaba,
y ahora, meciéndolo y arrullándolo,
tú lo has apaciguado.

En tu regazo la Paz en persona
se serena y acurruca.
Tú, Madre mía, das paz a la Paz.

Dormido me lo das más,
me lo entregas entregado.


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Amistad......

La calidad de la amistad depende de los vínculos que la alimentan. Es tanto más valiosa cuanto más precioso es lo que se comparte: estudio, gustos, aficiones, deporte…familia, amores…la fe, la gracia…Cristo…


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jueves, septiembre 07, 2006

POR QUÉ????
Por qué todo junto se escribe separado y separado todo junto?

miércoles, septiembre 06, 2006


Las manos de Jesús
Las manos de Jesús bendecían. Partían el pan, incluso lo multiplicaban. ¿Alguna vez has pensado en las manos de Jesús?


Cierro los ojos y pienso en las manos de Jesús: Fuertes y vigorosas, de carpintero. Y, al mismo tiempo, tiernas, como cuando acariciaba a un niño o limpiaba una lágrima de las mejillas de la Virgen.

Manos que extendían, respetuosas, los rollos de las Escrituras en la Sinagoga. Dedos que enfatizaban sus palabras o escribían sobre la arena. Las manos de Jesús bendecían. Partían el pan, incluso lo multiplicaban. Eran manos que curaban y hasta resucitaban. Podían expresar enojo con los mercaderes en el templo y ternura con los enfermos que llegaban a Él. Las manos de Jesús enseñaban, expresaban, amaban. Con ellas difundía su misericordia y amor. Eran manos que entregaban incesantemente. Manos orantes, cuando Él subía al monte a conversar con su Padre en la madrugada.

Es hermoso meditar en las manos de Jesús e impresionarse con ellas. Pero ¡Cómo duele pensar en ellas crispadas, heridas, perforadas! Manos en cruz y de cruz, rotas por sostener el peso del Nazareno. Manos inertes cubiertas de sangre y bañadas con los besos y lágrimas de su madre abrazándolo muerto. Manos cruzando el pecho, muertas, envueltas por un sudario en la tumba apagada e impasible de José de Arimatea.Es fácil removerse ante las manos dolorosas de Jesús, pero ¿por qué no podemos ver con tanta claridad sus manos gloriosas? Tal vez porque nos es más familiar el dolor. Sin embargo pienso en el momento en el que Jesús venció a la muerte, cuando resucitó. ¡Qué instante! El sepulcro imprevistamente iluminado, como una explosión, y todos los ángeles venidos del cielo para ser testigos del momento anunciado desde siempre. Y las manos de Jesús, con una vida como nunca antes habían tenido, apartando el sudario.

Manos con llagas, pero ¡qué hermosas y resplandecientes, y cuánto amor rebosando en las heridas! Manos vivas, que volverían a bendecir, cortar y repartir el pan y que, tal vez, harían una seña de “hasta pronto” a los apóstoles en la ascensión de Jesús al cielo.

Frente al Santísimo Sacramento uno podría preguntarse ¿y dónde están ahora las manos de Jesús, que lo tenemos escondido en un pedacito de pan? No diré nada nuevo: observo mis manos. Estas manos pueden ser orantes, dar misericordia, ser enérgicas, sensibles, amorosas. Pueden volver a abrir las escrituras respetuosamente y escribir sobre la arena. Sí, parecen mis manos, pero Jesús quiere usarlas y son, en realidad, suyas.

Observa tus manos. También pueden ser orantes, enérgicas, sensibles, amorosas y, si tú lo permitieras, podrían regalar al mundo bendiciones y misericordia. Sí, también son tuyas, pero Jesús las quiere suyas.¡Cuántas manos podría tener Jesús hoy si se las entregáramos! Las manos de Jesús, las tuyas -tú que lees- y las mías -yo que escribo. Nuestras manos. Las manos de Jesús.

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